Feli es de Móstoles y nunca le ha interesado el deporte. Todo cambia cuando, por casualidad, empieza como portero en el equipo de su escuela. Su afición por el fútbol irá ganando terreno en su vida hasta convertirse en su principal aspiración.
Entre los entrenos, las visitas a su padre al hospital y esa chica que no puede quitarse de la cabeza, Feli tendrá que esforzarse al máximo para seguir su propio camino; el camino del gol.