Edenia es un libro que conviene leer despacio y en voz alta, para que gracias a la poderosa imaginación de Manuel Padorno, su rigor, precisión y fluidez expresiva, la musicalidad y resonancia de su palabra, la rei-teración, los ecos y seriaciones, los quiebros sintácticos y perceptivos se vaya creando alrededor del lector una especie de contraandamiaje con el que gozar de este mundo audazmente concebido.