La literatura sobre dramaturgia aplicada a la información es bastante exigua.
Conceptos como clímax, conflicto o progresión dramática constituyen verdaderos
anatemas para quienes se resisten a la aplicación de la estructura dramática a
la información periodística. En el mejor de los casos esgrimen los resultados
negativos de su inadecuada implantación para desechar cualquier acercamiento.