El mantenimiento de la autonomía en edades avanzadas y la atención a la dependencia son uno de los principales retos a los que se han de enfrentar las sociedades desarrolladas, especialmente aquellas sociedades envejecidas en las que el número de personas mayores cada vez es más elevado. Un reto que, paradójicamente, procede de quizá el mayor de los éxitos conseguidos por estas sociedades: el logro de una cada vez mayor expectativa de vida para la mayoría de sus ciudadanos. Sin embargo, aunque los desafíos desde el punto de vista político y económico son muchos, la pérdida de la autonomía en la vejez es una problemática que se afecta especialmente no sólo a las personas mayores que sufren el problema, ya que ven mermada su calidad de vida y en muchos casos también su autoestima, sino también a las familias de las personas afectadas. Son precisamente las familias las que han asumir la gran mayoría de los cuidados y en quienes recae la tarea de tratar que la persona afectada preserve al máximo los niveles de autonomía a los que todavía puede acceder. Precisamente a estos dos colectivos, los familiares de las personas con dependencia y las propias personas mayores, va dirigido este libro.