La mañana del 18 de abril, Martín se levanta extrañado, con un pálpito de pérdida latiéndole en la conciencia. La del 19, sin embargo, Bruno abre los ojos poseído por un imparable optimismo: tal vez por la cercanía de su matrimonio, su felicidad parece inquebrantable. Separados por un solo día, ambos han compartido una misma habitación, y esa experiencia inconsciente les determina de un modo que no pueden anticipar: Martín se ha dejado un sueño sin soñar sobre la almohada de su cama, y Bruno lo ha soñado.
¿Cómo afectará la pérdida de ese sueño a la vida de Martín? ¿Cuánto cambiará la de Bruno? Quizás Edna, su esposa, pueda aventurar la solución; o, tal vez, su punto de vista suponga una perspectiva inesperada sobre este enigmático episodio.