Las referencias a Pedro I el Cruel o el Justiciero aparecen en los primeros romanceros, en los poetas y dramaturgos del Siglo de Oro e incluso entre los románticos (véase la obra Blanca de Borbón, de Espronceda). Pedro el Cruel repudió a su legítima esposa, doña Blanca de Borbón, de la dinastía Valois, tras conocer que no recibiría la dote pactada. Más tarde la encerró en un castillo hasta la muerte de ésta. Mientras él disfrutaba de su amante predilecta, doña María de Padilla. Su reinado fue interrrumpido por su medio hermano, el infante don Enrique de Trastámara.