El teatro español del primer tercio de siglo XX transitó, al lado de las formas tradicionales, conservadoras y de buena aceptación del espectador del momento, por dos caminos que marcaron una evolución de aquella literatura dramática y espectacular: por un lado el llamado \"teatro poético\", versificado o no, que trasladaba a la escena universos basados en el deleite de la naturaleza, en el canto del amor o de la amistad, en los simbolismos o en las sugerencias antes que en las acciones de interior , más o menos truculentas o folletinescas, que desde la alta comedia neorromántica se prolongaban en la escena española, sin excluir un cierto gusto por la Historia y por la recreación de ciertos antiguos motivos escénicos. Por otro y con la exclusiva firma de Valle Inclán, una derivación expresionista de nuestro teatro, para la que don Ramón se inventó el universalizado término de \"esperpéntico\".