Treviño, un comercial catalán promedio es confundido en un bar con un agente fiscal de seguridad social y recibe sobres con sobornos sólo por mencionar a su jugador de fútbol favorito cuyo nombre es tomado por una clave. Esta confusión llevará a Treviño por diferentes bares de la noche catalana recogiendo sobres con dinero, golpes de matones y la pasión de una bella teutona cuyo juego tardará en descubrir y lo convertirá en un tiovivo alrededor del cual girarán intereses inmobiliarios que utilizan mano de obra barata, esperanzas inmigrantes y supuestos protectores que pagan o reciben sobres con dinero. De un lado al otro de la carretera monta sobre el dilema de Albert de devolver o no el dinero una casi parodia que va del fútbol, los bares, el problema inmigratorio y la especulación inmobiliaria a una reflexión sobre la doble moral de un país atravesado por una derecha corrupta y una izquierda que se dice de una tradición más social.