Nuestra generación se enfrenta con un desafío energético gigantesco que, inevitablemente, afectará a toda la humanidad y que exige la revisión de todo el sistema económico industrial de los últimos siglos. No es un tema que pueda delegarse solo a gobernantes o científicos, pues debemos identificar los escenarios posibles en que tendrán que vivir nuestros hijos y nietos. Del desenlace de esta crisis depende incluso la supervivencia de la especie humana, por lo cual todos debemos estudiarla, entenderla y participar en la creación de una solución.