Hoy en día la figura del poeta intelectual no existe, Octavio Paz fue el último. En su vida y obra siempre reivindicó la función del escritor como poder alterno. Los intelectuales, dijo, «[no] podemos renegar de la política; sería peor que escupir contra el cielo: escupir contra nosotros mismos».
Los fragmentos que forman Corriente alterna apuntan hacia un tema único: la aparición en nuestra historia de otro tiempo y otro espacio: «todo es presencia, todos los siglos son este presente». Al releer estos textos es difícil imaginar que fueron escritos hace unos cuarenta años; su relevancia e interés hoy son indiscutibles.
Así, «la clase universal, el proletariado, sigue siendo presa del reformismo y del nacionalismo»; «el gran problema al que se enfrentarán las sociedades industriales [.] es el del ocio»; «es explicable la tentación de enterrar al marxismo. Nada más difícil »; «sólo una asociación [de los países latinoamericanos] libre de toda influencia no latinoamericana puede preservarnos» son sólo algunos ejemplos de la vigencia de su voz.