En este volumen se comentarán los tres grupos de cartas del corpus paulino conocidos un tanto convencionalmente como Primeras Cartas (Primera y Segunda Tesalonicenses), Cartas de la Cautividad (Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón) y Cartas Pastorales (Primera y Segunda Timoteo, y Tito). Estos grupos se distinguen del de las Grandes Cartas (Romanos, Primera y Segunda Corintios, y Gálatas). No es demasiado importante justificar tales denominaciones, pero quizás sea útil decir algo sobre ellas. La de las Grandes Cartas es suficientemente obvia: se trata de las cartas más importantes, en su conjunto, dentro de la obra de Pablo. La de Primeras Cartas es totalmente correcta en lo relativo a Primera Tesalonicenses, pero mucho menos cuando la aplicamos a la Segunda. Las Cartas de la Cautividad tienen como denominador común el que Pablo, el real o el ficticio, se presenta en ellas como prisionero en alguna cárcel. Y las Pastorales se llaman así por estar dirigidas a pastores y tratar de temas efectivamente pastorales. Más detalles acerca de cada carta (autenticidad, fecha, destinatarios, etc.) se presentarán en las respectivas introducciones específicas.