Conocimiento del infierno retrata el mundo de los locos y de su angustia sin remedio. Un mundo cercano a nosotros, sumiso y apático, que António Lobo Antunes enmarca en los pasillos de un psiquiátrico de Lisboa. Conocimiento del infierno penetra en los huesos y en la carne de las mudas y tristes criaturas que habitan esos espacios sin noche ni día, criaturas sin derechos ni esperanzas. Haciendo uso de la antigua solidaridad de los hombres, António Lobo Antunes rompe todas las ataduras a la soledad de esos locos, asumiendo su voz ausente. Con esta novela se lleva a cabo una crítica aguda sobre cierta práctica psiquiátrica, que resulta ser tan obsoleta como inhumana. António Lobo Antunes tiene el coraje de acusar a los responsables de la deshumanización de los centros psiquiátricos, y en su «conocimiento» denuncia costumbres y prácticas deleznables.