Sara Morante, nacida en Santander, desarrolla desde su infancia un especial sentimiento por Francia. Pasa habitualmente los veranos en Tarbes, en casa de sus tíos, donde su prima Cécile la espera como a una hermana. A la edad de veintitrés años, tras aceptar una propuesta de trabajo, abandona España para convertirse en una ciudadana francesa. Soñadora y romántica en extremo, ve cumplido con ello uno de sus sueños. Al poco tiempo de su llegada, conoce a Gabriel, un seductor hombre casado, catorce años mayor que ella, del que se enamora perdidamente, llegando a convertir su vida en un remolino de sentimientos imparable. Sara vive junto a él los momentos más apasionados que jamás hubiese imaginado, pero el precio que debe pagar por ellos la va transformando en una mujer atormentada que sobrevive a una constante y dolorosa agonía.
Para Sara, la vida de Gabriel es un enigma desde el principio, nunca deja abiertas todas las puertas, pertenecer a su mundo es un acto de valor y de confianza que ella se esmera en conseguir. Sus decisiones la llevarán por el incierto camino que tomó a su lado, sin apenas ver la luz, con el aire racionado para respirar, sin saber nunca si lo tendrá para siempre.