Hilos translúcidos, esta obra con la que se da a conocer Irene Serrat, y que no parece en absoluto la obra de una autora novel, llama la atención por su estructura e hilo argumental que gira, precisamente, en torno a los hilos y la costura, por su lenguaje bien trabajado, por la hábil selección léxica y por arriesgarse a jugar con los límites de la agramaticalidad. Todo por intentar hacernos nuevo un lenguaje en ocasiones excesivamente desgastado y en pos de ir a la búsqueda del giro lingüístico que consiga, con un lenguaje sencillo, la explosión del lirismo.