Siendo todavía una niña, Helena viaja a Madrid en busca de un futuro. Allí encuentra la felicidad personal y profesional. Sin embargo, su vida se trunca a la muerte de su marido. La ciudad comienza entonces a convertirse en un lugar inhóspito y, aturdida, busca refugio en el pueblo donde nació, tratando de rescatar de su memoria las imágenes de su infancia. Pero el regreso tampoco consigue apartarla de un fuerte estado de decepción. Tanto ha cambiado la vida que ahora parecemos clones de teatro, todosdos iguales, desempeñando un papel inducido por una sociedad cargara de instituciones e intereses con serios problemas de base; empieza a entender que el hombre hace años que le ha dado la espalda a la naturaleza desobedeciendo sus sabios consejos.