Estas palabras al inicio de Ciudades sin inaugurar sirven para situar el libro dentro de esta colección: la descripción de lugares a los que el autor ha vuelto una y otra vez constatando 1os cambios que en las ciudades se han producido y que nos cuenta con una sensación de asombro. maravilla, depresión, exasperación y optimismo, lo que para él «resume el placer de viajar y el deleite de mudarse de casa».