Este libro, relato de un viaje por esa tierra sentenciada, rescata voces de esperanza entre los herederos del chacal: refugiados de guerra, nómadas desnortados, antiguos colonos, una monja tenaz, un primer ministro entusiasta, profesores, militares, pequeños mafiosos. Sus testimonios de supervivencia testaruda se levantan contra un paisaje atroz que insiste en su advertencia, con ecos de un misterio primitivo: Yibuti no es lugar para los hombres.