Esta obra ofrece algunos elementos de la presencia pompeyana y cesariana en la península Ibérica. Para ello se han tenido en cuenta aspectos como la composición de las oligarquías locales de las provincias hispanas, las relaciones de amicitia-clientela, el concepto de la situación social, política y económica por parte de los provinciales, así como el análisis del grado de aplicación de los modelos de gestión política y de promoción estatuaria. En definitiva, se abordan los procesos emprendidos por Pompeyo y Julio César, analizando su repercusión y significado en la gestión de la península Ibérica. La lectura de esta obra le permitirá al lector comprender que Pompeyo fue quien inició, en cierto sentido, la integración políticoadministrativa de las comunidades hispanas pero que fue Julio César quien asentó las bases y los cimientos del futuro sistema imperial que su heredero Augusto llevaría a su máximo esplendor.