¿Todos los políticos son iguales?
No, los hay peores
Joan Ferran vuelve al ataque. Ahora se propone destapar a Josep Antoni Duran Lleida.
Quizá deconstruir sería un verbo más políticamente correcto, pero ha optado por destapar. Y el objeto del destape no es otro que un formidable adversario político, el líder de Unió Democrática de Catalunya.
En las encuestas bien hechas, en las maquilladas, también Josep Antoni Duran Lleida es el político español en activo mejor valorado, el primero de la clase. Nos venden que es sensato, dialogante, que tiene sentido de Estado y que da gusto pactar con él. También que, a pesar de ser conservador y de derechas, es un hombre tolerante, abierto y homologable con otros líderes de Europa.
Pues no, disiento. No creo que el personaje sea así afirma el autor.
Observarán que tras cada declaración polémica de Duran Lleida hay una justificación buenista, o una rectificación-aclaración basada en un supuesto malentendido. Por todo ello, es preciso que aflore lo oculto, lo fingido, lo que no es auténtico y se nos muestra como ejemplar.
El lector no va a encontrar en las páginas que siguen ni rumores ni cotilleos, ni alusión alguna a la vida privada de Duran Lleida, o a escándalos que hayan podido afectar directa o indirectamente a su formación política.
El empeño es bien distinto. El libro pretende combatir políticamente a su adversario, intentando desvelar errores políticos y escudriñando graves incoherencias entre los ideales del noble e histórico partido que dirige Josep Antoni Duran Lleida y su actuación política personal, la cual, está lejos de las valoraciones demoscópicas.