Benedicto XVI nos ofrece su tercera Encíclica sobre las relaciones entre verdad y caridad, entre la fe y el amor a los demás en la vida social.
Partiendo de argumentos de la ley moral natural y de los deducibles de la revelación, el Papa se dirige a católicos y no católicos con el fin de asumir y enfrentarse a los problemas de la sociedad contemporánea.
La que será tercera encíclica de Benedicto XVI aplica las enseñanzas de sus dos primeras Cartas Encíclicas -Deus Caritas est y Spes Salvi- a los grandes temas sociales del mundo de nuestros días. Partiendo de argumentos de la ley moral natural y de los deducibles de la revelación, el Papa se dirige a católicos y no católicos con el fin de asumir y enfrentarse a los males de la sociedad contemporánea.
En una primera parte examina las enseñanzas de sus dos predecesores: Pablo VI y Juan Pablo II. Los dos estaban convencidos de la capacidad del corpus de la denominada ´Doctrina Social de la Iglesia´ para dar la luz necesaria a un mundo que busca desesperadamente esperanza y claridad.
En la segunda parte recorre las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en nuestros días. Siempre el punto de partida es la falta de consideración de la dignidad de la persona humana, y su conclusión será el ataque a la propia vida humana, la pobreza, la guerra, el terrorismo, el medio ambiente... El Papa proporciona los principios morales para afrontar estos problemas sociales y económicos, promoviendo una verdadera cultura de la vida y de la paz.