Sin duda alguna que el Bhagavad Gita ha sido, es y será, en la India, la obra más leída, comentada y aplaudida de cuantas constituyen su riquísima literatura sagrada. Lo aceptan ortodoxamente y en él beben, como en una cristalina fuente de verdad, todas las escuelas y sectas religiosas, que al amparo de la nobilísima virtud de la tolerancia florecen en Oriente, cual ramas de un común tronco que con igual actividad por todas ellas distribuye su savia.