"Hace primorosamente objetivo cada objeto y lo pone a vivir desde que él lo acaricia intelectualmente, lírico, piadoso, interesado sin pasión y apasionadamente respetuoso. Con una sutileza espiritual rayana en la santidad. Nada podria atribuirse mas ajustado a certidumbre de verdad, que la elegancia a la prosa de Azorín."