Desde los relatos de los antiguos geógrafos romanos hasta las narraciones de viajeros más o menos modernos, el mundo chino se ha convertido en una de las realidades más fascinantes con las que se ha encontrado el ser humano, por lo que muy bien podría considerarse como un continente propio de la literatura fantástica.
Rolando Sánchez Mejías es consciente de esa fascinación, tal como puede verse en la antología que ha preparado. Sin embargo, su selección va más allá del orientalismo convencional que considera Oriente -y, por lo tanto, China- como un mundo anclado en un pasado legendario y lo convierte en un territorio agreste. En estas páginas encontraremos desde cuentos de Pu Songling o fragmentos de El sueño del pabellón rojo hasta relatos contemporáneos de Lu Sin o Gao Er Tai, por ejemplo, que nos demostrarán que lo fantástico, en China, es una condición propia de su cultura y no un simple género narrativo.