Amor traicionero. En un viaje de negocios a la bella ciudad de Praga, Beth conoció al encantador y seductor Alex Andrews. El hecho de que se enamorara de ella tan rápidamente despertó las sospechas de Beth. Ella había aprendido la lección después de una humillante experiencia con un hombre que la había engañado, y no estaba dispuesta a creer en las mentiras de otro hombre. A partir de ese momento, se acabaron los romanticismos; ya era hora de darles a los hombres un poco de su propia medicina. Capricho del destino. La elegante Dee Lawson era la envidia de sus amigas. Pero ella envidiaba sus matrimonios felices, sus hijos, y su vida hogareña, aunque, años atrás, había destruido deliberadamente su oportunidad de casarse. Cuando Hugo Montpelier regresó, Dee pensó que quizá tuviera una segunda oportunidad de ser feliz. El deseo sexual entre ellos era tan intenso como siempre, aunque primero tendría que desvelar el escándalo que había mantenido en secreto durante tanto tiempo.