"No hube de esforzarme mucho para recordar aquella mañana del último domingo del mes de Agosto en la que decidí ir a Serón a saludar a un buen amigo que había quedado en presentarme a unas chicas de aquella localidad. Tú no puedes seguir así. Me había dicho un par de veces. Verás qué muchachas hay en mi pueblo. Vente un día y te presentaré alguna de ellas. Y hacia allá me dirigía aquella mañana. La Vespa iba a la perfección y era mi medio de desplazamiento, la mañana era aún fresca, aunque siempre el mediodía era insoportable por el calor. Así es el verano en Baza. Salí temprano, pero más temprano aún parece ser que salió el turismo extranjero que se había pegado un morrocotudo leñazo en los pretiles del puente del río Valcabra. Desde la salida de la curva de Caniles lo había visto ante mí, iba a mucha velocidad y mi primer pensamiento fue se la pega y claro que se la pegó, sentí el ruido sordo del golpe del guardabarros y rueda delantera en la enorme piedra del pretil."