Una vez que el mundo suprasensible se reveló inaccesible a la razón, el pensamiento inaugura un nuevo ámbito de su despliegue y convertirá al abismo en toda una intuición estética y filosófica que permitirá dar forma al colapso de lo suprasensible. L a quiebra de lo suprasensible ?tematizado bajo el término huida o noche de los dioses- va confluir en el romanticismo en una crítica a aquello que logró sobrevivir de las aspiraciones de la razón: el dominio de la razón físico-técnica.