El Ironman está considerado como una de las pruebas deportivas más arduas del planeta. Es la modalidad más exigente del triatlón y, para realizarla, uno tiene que nadar 3,8 km, después subirse una bicicleta y pedalear 180 km y, por último, calzarse las zapatillas y correr 42 km; todo en un mismo día y una prueba tras otra. Muy pocos hombres en el mundo son capaces de hacer un Ironman. Ricardo Abad, un principiante en el mundo del traitlón de 42 años, vulneró las leyes de toda lógica y se impuso la meta de hacer 52 en un solo año.
Al principio muchos creían que era algo imposible, algo impensable, pero la experiencia de Ricardo recogida en este libro demuestra que, si nos lo proponemos, casi todo es posible.