De nada sirvió la presión de España sobre Turquía para que ocultara la realidad. Primero se demostró que un piloto del avión ucraniano dio positivo el control de alcoholemia; luego que el avión no sabía dónde estaba cuando se estrelló contra una montaña tras fallar el aterrizaje en el aeropuerto de Trabzon, a orillas del Mar Negro; más tarde se supo que Defensa había recibido catorce quejas de los soldados sobre el estado de estos aparatos a las que no hizo el menor caso... Los familiares llegaron a manifestarse ante el Ministerio y su pelea está teniendo su fruto. Ahora saben la verdad, aunque la verdad del Yak-42 es muy amarga. Yak-42, honor y verdad es la crónica del peor año y medio de sus vidas.
Ramón J. Campo (Huesca, 1963) es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y Máster de Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid-El País. Colaboró en El País y El Nuevo Lunes. Desde 1991 trabaja en Heraldo de Aragón, con especial dedicación a informaciones de Defensa e Interior. Ha publicado El oro de Canfranc (Premio Asociación de la Prensa de Aragón 2001).