Aunque el joven jefe guerrero Tharll ha acabado con la maldición demoniaca que atormentara a su pueblo durante generaciones, los orcos todavía cargan a su espalda los pecados de su sangriento pasado. Como la vandálica Horda, han escapado de un guerra sin fin contra su eterno enemigo, La Alianza... Sin embargo, la rabia y la sed de sangre que llevó a los orcos a destruir todo a su paso también podría consumirles a ellos mismos.