Se hizo vasco de adopción, por amor, sin dejar de ser las cosas que ya era. Sí, por amor. Es algo frecuente entre los buenos antropólogos. Y tenemos, por eso, mucho que agradecerle. Puso la antropología vasca dentro de la antropología moderna del mundo anglosajón. Montó, en Reno, un Centro de Estudios Vascos que tanto ha servido para el desarrollo no sólo de la antropología social, sino de todas las ciencias sociales. Muchos hemos pasado por allí y hemos disfrutado de un gratísimo ambiente académico y humano. Y sus desvelos por nuestro país han sido., algún día sabremos lo importantes que han sido.
ALFONSO PÉREZ-AGOTE