En la cueva sagrada Yoa descubre pinturas de animales. Está tan fascinado que no se percata de que un oso se le acerca. ¡Por suerte un pájaro le salva la vida! Agradecido y lleno de admiración, a Yoa le gustaría pintar la imagen del pájaro en la pared de la cueva. «Antes debes convertirte en un pájaro», le explica el chaman del clan. «Pero ¿cómo?», se pregunta Yoa, y empieza a observar el vuelo de los pájaros.