El 26 Capítulo General de la Congregación Salesiana recordó que la pasión de Don Bosco por la salvación de la juventud es su verdadera herencia, y que esta pasión está plenamente expresada en el lema que él vivió y dejó a la Familia Salesiana: Da mihi animas, cetera toole.
Salesianamente sólo es posible interpretarlo a la luz de la mística apostólica de Don Bosco. Es necesario, pues, volver a Don Bosco, volviendo a los jóvenes, porque Don Bosco y los jóvenes son inseparables. Este es el centro de la reflexión espiritual de esta nueva obra de Eugenio Alburquerque: el Da mihi ánimas, cetera tolle, verdadero corazón de la identidad carismática salesiana.