Así empieza este intenso y original recorrido por una obra en la que también se conjugan hasta prácticamente confundirse imágenes y palabras, en una perfecta amalgama audiovisual en la que destacan algunas de las figuras más obscenas del románico hispano y las más antiguas inscripciones monumentales en lengua castellana. Con un tenor tan polifónico y desenfadado como la obra en que se inspira, Daniel Rico Camps nos invita a explorar tanto el programa iconográfico y epigráfico de la portada burgalesa como la trastienda de su creación y la palestra de su recepción. El resultado es un libro ambicioso y multidisciplinar (o a lo mejor indisciplinar) en torno a una obra poco conocida de nuestro románico, en la que descubriremos la expresión visivo-verbal de un dramático conflicto moral, ese querer hacer el bien y no poder hacer más que el mal descrito por San Pablo en su Epístola a los Romanos, vivido como un conflicto lingüístico -y quizá figurativo- por un claustral castellano en el primer siglo de oro de las literaturas romances.