Al evocar el nombre de María Moliner, una palabra aflora en el horizonte de nuestra memoria: diccionario. Pero el Diccionario de uso del español ?su obra magna escrita en soledad y reconocida por escritores universales, que avaló su candidatura frustrada a la Real Academia Española? es sólo la punta del iceberg de una pasión por las palabras amalgamada con una voluntad de titanes por una mujer de una gran calidad humana y profesional. No es resquemor por el olvido de una labor dilatada y silenciada lo que descubrirán nuestros lectores al desgranar las páginas de este libro, sino admiración y reconocimiento por la contribución a la socialización de la cultura de nuestra profesora, filóloga y lexicógrafa, trazada en su Plan de Bibliotecas y en las lecturas de las Misiones Pedagógicas, cuya acción solidaria hizo felices a los campesinos españoles, ignorantes del progreso, alejados, olvidados y escondidos en aquel ignoto mundo rural de la primera mitad del siglo XX.