Turbio y hosco día de otoño fue el 17 de noviembre de 1887 en Venecià; vanamente aquellos palacios y lóbregos canales esperaron los rayos del sol que todo lo abrillantan: el astro tan sólo rompía de cuando en cuando las nubes para enviar un fugaz destello a juguetear con las doradas cimas de San Marcóse, así se inicia «Viaje por el Nilo».
Y así partiendo de Venecia, Gonzenbach, uno de los mayores conocedores según cita Hesse del mundo oriental inicia un viaje típico que le llevará a una región arquetípica, el Nilo.