El humorismo de Jacinto del Rosario es limpio, amable, cordial, ajeno al sarcasmo y a cualquier viso de agresividad. Solo pretende divertirnos moderada y agradablemente. El personaje que emprende el viaje a El Hierro para curar sus males con las aguas de Sabinosa, que es él mismo, no es un personaje gracioso, sino un hombre normal y corriente al que le ocurren algunas cosas graciosas de las que no se extrae consecuencia alguna. La visita a El Hierro se realiza a finales de los años cuarenta, en un periodo estremecedor de pobreza y opresión, pero nada de eso encontrará el lector en las páginas de este librito. Podrá solazarse, en cambio, en las dificultades del transporte, en suaves juegos de palabras, en los problemas de adaptación física y psicológica en un balneario al que se llegaba casi milagrosamente. Ni una aspereza ni un malhumor. Solo un deslizarse con una sonrisa por una aventura sin daño, dramatismo ni conflicto, que rehuye, eso sí, cualquier costumbrismo más o menos paisajístico. Viaje estrambótico es una curiosidad entre las crónicas de los expedicionarios que recorrieron El Hierro, pero vale la pena adentrarse en sus páginas blancas, en su blanco humor, en su sonriente locuacidad. Introducción - Autocrítica I.- Introito
- Autorretrato
- El libro
II.- Buceando en la historia
III.- El Garoé humano
IV.- El parto de las Sabinas
V.- El pozo
VI.- La sirena de alarma
VII.- El baño
VIII.- Fin de la Odisea