«Nunca te busques problemas con alguien que ha estado en la cárcel. No es buena idea.» Este libro está dedicado a algunos reclusos que el autor conoció en los centros penitenciarios de Fontcalent, Villena y Sangonera, así como a los jueces y fiscales que vendieron sus almas condenando sus vidas. También a las personas que, por jugar con la suerte, han hipotecado su destino. Y a aquellos que creen, inocentemente, que el que acaba en la cárcel es ?porque algo malo ha hecho? Francisco Gijón conoce o conoció a todos los personajes que aparecen en la obra. Son reales, al igual que sus futuras víctimas. De ellos da fe.