Un día me puse a mirar el mar. O a la mar, que tanto vale. Y me sentí azul. Azul marino. Y le dije, voy a probar a escribirte como si fuera un modesto marinero. Luego he añadido otros versos que he llamado soledades. Pero no soledades solas. Sino porque son de mí solo. Me acompaña el sentimiento. Julio Calvet Botella.