Abre esta selección la famosa «Carta a un joven poeta», una delicada misiva que Rainer Maria Rilke dirigió a un joven admirador en la que bien podría estar hablándole a todos aquellos movidos por un espíritu creador. Esta antología incluye algunos poemas tempranos, donde se entrevé el intelectual en el que se acabaría convirtiendo y también el amante que erró por toda Europa, enamorando sin promesas y huyendo, incapaz de vivir más allá de sí mismo. Cierra la antología una selección de El libro de horas, dedicado a la poesía, esa vocación total que le abdujo y le cobijó de una realidad en la que nunca llegó a encajar, siempre a la deriva entre lo divino y lo terrenal.
Principal exponente de la poesía en lengua alemana del siglo XX, Rilke nació en Praga en 1875, donde estudió letras y filosofía, una carrera que continuaría en Múnich y en Berlín. Un viaje a Rusia en 1899 le inspiraría sus conocidas Elegías de Duino (1922). La leyenda de amor y muerte del alférez Christoph Rilke, incluida en esta antología, atrajo la atención de los críticos en Francia, donde había residido y trabado amistad con el escultor Auguste Rodin y el escritor André Gide. Tras la primera guerra mundial, en la que participó brevemente, viajó por varios países mediterráneos y finalmente se estableció en Suiza, donde publicaría los Sonetos a Orfeo, una de sus obras más conocidas.
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«Cuánto quiero a las pobres palabras, que tan míseras
están en lo diario: a ellas, las invisibles
palabras. De mis fiestas les regalo colores
sonríen, y se ponen alegres lentamente.»
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