Te duele todo el cuerpo: brazos, piernas, manos, espalda, con alguna que otra migrañaza, con sensación de fiebre, muy agotada, muy debilitada. Todos hacen pruebas, vuelvo a crearme esperanzas de que me encuentren algo, pierdo tiempo, todas me salen bien y me desespero . Muchos casos de síndrome de fatiga crónica podrían empezar así. Ésta es la historia de Beatriz, que desde joven ya empezó a notar los primeros síntomas de esta enfermedad socialmente invisible. Con la experiencia de muchos años conviviendo con síndrome de fatiga crónica, la autora nos cuenta su vida de una forma sencilla y amena, teniendo como eje central su enfermedad y esperando poder ayudar a algunas personas a vaciar algunas piedras de la gran bolsa que se carga en la espalda a lo largo de este camino de enfermedad fantasma.