«¿Qué por qué no puedes ser mi amigo? Pues mira, encanto, te lo explico: porque los amigos no se hacen, se construyen, porque para construir hace falta tiempo, porque me tienes que demostrar que soy tu prioridad por encima de muchas cosas, porque no concibo que no te mueras literalmente de ganas de verme si vives fuera y vienes a mi ciudad y no encuentras diez minutos para darme un beso y un abrazo; porque paliar mi dolor por leve que sea, debería estar siempre por encima de tus intereses. Por eso no puedes ser mi amigo. Porque no cumples ni una sola de las condiciones. Porque tienes que ganártelo y en la primera manga, no es que hayas quedado el último, es que ni tan siquiera la has completado». Con esta teoría tan exigente, el lector, de la mano de Leticia, vivirá una historia tan irreal que parecerá imaginada. Pero lo cierto es que a veces, sólo a veces, estas cosas pasan. Y ésta fue, para suerte de Leticia y Jaime, una de esas veces. Velayos es, por encima de todo, una conmovedora historia de amistad que sin duda alguna confirma, como si de un método científico se tratara, la teoría que Leticia sostiene con tanta vehemencia: «Hay sentimientos que es mejor que se hagan realidad, y es mejor vivirlos y disfrutar de su imperfección con todas las consecuencias, porque, al fin y al cabo, es de eso y nada más de lo que trata la vida».