El valor de la empresa depende del flujo de caja que genere como negocio en marcha y de varias circunstancias tanto internas como externas, lo que resulta de gran interés, puesto que su estimación sirve para que el empresario conozca cuál ha sido la rentabilidad de las inversiones realizadas en el negocio, qué puede hacer para mejorarla, por cuanto puede venderla y cómo se encuentra su compañía con respecto a la situación general del mercado.
Para valorar una empresa hay que tener en cuenta muchos factores y aplicar el método o los métodos que más convengan según el sector, el tamaño o tipología. Se trata de un proceso que comprende una serie de etapas que los analistas encargados de su realización deben completar, a saber: Conocer la empresa y su cultura, conocer el management de la empresa, conocer el negocio y su entorno, lo mismo que prever el futuro del sector y de la compañía.