Argumento de Valmouth
Roland Firbank (1886-1926) fue hijo de una familia de clase alta británica, enriquecida gracias al desarrollo de la industria del ferrocarril. Tras ser distinguido su padre, Thomas Firbank, con el título de caballero en 1902, su destino parecía ser el de la carrera diplomática. Pero Ronald había decidido dedicarse a la literatura. Ya desde su adolescencia, había cultivado la escritura, componiendo relatos, poemas y obras teatrales, influido por sus lecturas más queridas: los escritores franceses del fin de siècle y, naturalmente, Oscar Wilde, además de Maeterlinck y Ernest Dowson. Sus primeros textos revelan los modos y modas simbolistas y decadentes. Firbank viajó incansablemente por Europa, Oriente próximo, el Norte de África y el Caribe, en busca de nuevas experiencias vitales y literarias con las que nutrirse. En 1908, al igual que el Barón Corvo, con cuya personalidad guarda notables parecidos, Firbank se convirtió al catolicismo, aunque siempre en conflicto con la Iglesia dada su condición homosexual. Valmouth (1919) es formalmente una sátira amable de las villas de retiro inglesas, con su sociedad cerrada y ritualista, en la que Firbank es capaz de entretejer diálogos y personajes inolvidables. En Valmouth, especie de balneario donde todos sus habitantes alcanzan edades provectas y casi bíblicas, una masajista negra, Yajñavalkya, ejerce su influencia como hechicera, sanadora y celestina. A lo largo del relato desfilan criaturas improbables llenas de encanto y gracia, en las que lo grotesco se combina con lo exquisito: monjas mudas, sacerdotes promiscuos, guapos marineros, pastores fáunicos... Sumergirse en el microcosmos de Valmouth supone introducirse de tapadillo en una extravagante fiesta de alta sociedad, fantástica y grotesca.0