El primer beso de Nora Simmons fue cuando ella tenía diez años. Ben Hollister tenía doce y estaba visitando a sus abuelos en el pueblo de Nora, Emmett's Mill. Pero después de aquel verano y de aquel inolvidable beso, Ben y Nora no habían vuelto a verse. Hasta ahora. Ben, que se había convertido en un importante abogado, había heredado la vieja casa victoriana de sus abuelos y tenía intención de venderla. Para ello necesitaba a Nora, la mejor jardinera del pueblo. Por mucho que lucharan contra la atracción que sentían el uno por el otro, era evidente que la chispa seguía ahí. Por eso Nora no comprendía que Ben quisiera marcharse de Emmett's Mill y dejarla... otra vez.