Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.
Hay ciudades a las que hay que ir y ciudades a las que tienes que huir. Ciudades que te ayudan a olvidar, y otras que te ayudan a sanar. Ciudades que te recuerdan quién eres, y otras que te descubren quién quieres ser. Lucía hará un viaje de ida y vuelta hacia ella misma en su próximo destino: Nueva York, la ciudad que nunca duerme.
La mañana en que recibe la invitación a la boda de Alberto, el amor de su vida, Lucía desea con todas sus fuerzas despertar de esa pesadilla. Pero la boda es real y, queriendo escapar del dolor y las dudas, Lucía cruza el charco y se traslada a casa de su amiga Olga, en Nueva York. Allí hará más amistades, vivirá excitantes romances, sufrirá otras traiciones y volverá a meter la pata en múltiples ocasiones. Pero sobre todo dejará que lo más inesperado suceda. Porque ¿quién le iba a decir que un perro sería el verdadero comienzo de su nueva vida?
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LUCÍA Y SU SÉQUITO PERRUNO:
Duque (gran danés)
Él piensa: Si yo corro, tú más.
Lucía dice: Elegancia y estilo para perseguir hasta al último pájaro de Central Park. Responsable de la mejor operación bikini de mi vida.
Tupper (west highland white terrier)
Él piensa: Soy adoptado. Me tiraron al cubo a la basura en Navidad y ese fue mi mejor regalo. Ahora soy rico.
Lucía dice: Me recuerda tanto a mi primer perro que este cachorro es una máquina del tiempo.
Mr. Fawn (bulldog francés)
Él piensa: Soy francés, pero no he estado en París. Aunque soy ciego de un ojo, veo que Nueva York no tiene nada que envidiarle .
Lucía dice: Dicen que el amor es ciego. Este pequeño es la prueba.
Taco (chihuahua)
Él piensa: Lo bueno va en frasco pequeño.
Lucía dice: Taco hace honor a su nombre, mexicano y con carácter. Ya se podía llamar Tequila.
Lucas (caniche miniatura rojo)
Él piensa: Manhattan es mi territorio. Soy un perro con suerte.
Lucía dice: Es tan guapo como el dueño. Y tan huidizo como yo.
Y como estrella invitada...
Karma (gato común europeo gris)
Él piensa: Tengo una misión importante: hacer lo que me dé la gana.
Lucía dice: Las penas se quitan con un ronroneo.
La crítica ha dicho:
«Una vida de perros es una novela de superación, madurez y romance en la que no falta la amistad ni las vivencias cotidianas. Una lección de vida amena que nos hará reír más de una vez mientras disfrutamos de una tarde tranquila de lectura.»
Revista Kritica