Este es un libro no solo para leer, sino también para ejercitarse y practicar el arte del conocimiento personal, de la no violencia y de la compasión. En definitiva, para practicar el camino espiritual que nos dejó abierto Jesús de Nazaret. El conocimiento interior no es fácil. Son muchos los oscuros rincones del corazón donde se ocultan secretas intenciones que pasan desapercibidas a nuestra conciencia diaria. Normalmente nuestra mirada se queda en lo superficial, en los comportamientos, sin llegar a ver nuestros anhelos y aspiraciones profundas. El relacionarnos de una forma compasiva es un gran reto también. Muchas veces nos protegemos y actuamos con violencia contra nosotros mismos o violentamos a los demás. Violencia significa, para mí, no solo aquello que hace un daño evidente, sino también todo aquello que provoca distanciamiento y desconexión. Andar por el camino espiritual de Jesús implica conocimiento interior y compasión. Implica hacer lo que hacía Jesús: desactivar la violencia, desarrollar una nueva conciencia y favorecer la conexión profunda. Para ser libres como Jesús, hay que ver con claridad, sondear el corazón arraigados en el amor y aprender a pedir. Relacionarnos como Jesús es practicar la autoconexión, la expresión auténtica y la escucha empática.