Con la presente obra Santi Santamaria deseaba mostrar a sus lectores cuál era la cocina que le había llevado a convertirse en el gran chef que era: la cocina de sus recuerdos, que enriqueció con sus viajes y experiencias. Para ello propuso una selección de las recetas que estimaba más representativas, acompañada de sus reflexiones acerca de la forma que él tenía de entender la gastronomía. Quería demostrar que la cocina de toda la vida podía renovarse sin perder su esencia, tan sólo dedicándole tiempo, escogiendo productos de calidad y una buena receta; y, asimismo, ayudar a descubrir que las decisiones sobre lo que comemos son relevantes.
Una reivindicación del buen comer nos demuestra que, en estos momentos de rápidos cambios en nuestras costumbres, la cocina todavía puede ser un arte alegre y placentero que, en palabras de Santi Santamaria, «no sólo tiene que alimentar de forma equilibrada el cuerpo, sino que debería contribuir a armonizar el saber y el ser de las personas».