El autor del presente libro interpreta la crisis como una encrucijada o un cruce de caminos: en parte convergentes, porque pide análisis interdisciplinares, y en parte divergentes, porque exige opciones y decisiones. La crisis es también un momento histórico importante en el que nos jugamos el modelo de sociedad que queremos construir y en la que queremos vivir. En tercer lugar, se trata de una crisis crucificante, porque genera víctimas en las que podemos reconocer el rostro del Crucificado en los crucificados de la historia. Finalmente, y de manera paradójica, la crisis es cruciforme: para los cristianos, la salida a la crisis pasa por la Cruz, que se convierte en buena noticia y fuente de salvación.