Vivimos tiempos turbulentos, complejos en los que cada día tenemos que enfrentarnos a múltiples situaciones que nos desbordan. Las exigencias profesionales, la pareja, los hijos, las facturas, las obligaciones sociales... se llevan nuestro tiempo.
Reaccionamos como podemos ante todo ello y poco a poco vamos entrando en una rueda imperceptible que atrapa nuestra energía y nuestra vitalidad, sufrimos estrés cuando no angustia, depresiones u enfermedades. Entramos en conflicto con nuestro entorno y todavía empeoran las cosas cuando llega la frustración de no ver el modo de resolver la situación. Nuestro nudo en el estómago aprieta fuerte y nos sentimos infelices. Nos parece indescifrable lo que nos pasa y nos lanzamos a la búsqueda de culpables.
La historia de Julia, la protagonista de este libro, ofrece al lector una reflexión acerca del origen de muchos de los conflictos que manejamos en el trabajo y en la vida. Esperamos que al igual que a ella, sus lecciones sirvan para que cada uno desentrañe el misterio que tiene frente a sus narices y que por no poder verlo no se resuelve.
No es una obligación ser feliz, pero si un derecho vivir en armonía, y para ello debemos responder de nuestros actos, en lugar de reaccionar ante ellos.
En definitiva hacer de nuestras vidas un viaje de libertad y de nuestro entorno su paisaje.