En verano de 1141, Inglaterra todavía se debate en la contienda civil provocada por el rey Esteban y la emperatriz Matilde en su disputa por el trono. Las consecuencias de la guerra llegan hasta la abadía de Hyde Mead, que queda destruida. Sus monjes se han dispersado por todas partes. Dos de ellos buscan refugio en Shrewsbury: fray Humilis, que ha abandonado sus planes de boda para hacerse religioso, y Fidelis, su leal servidor. Nicolás, el antiguo escudero de Humilis, deseoso de cortejar a la doncella con la que este se había prometido, decide pedirle su bendición. Se desencadena así una tragedia a la que solo fray Cadfael podrá poner fin; él es el único que podrá distinguir entre inocente y culpable, e identificar a unas víctimas que han sido condenadas por las exigencias del honor, el amor y el destino.